martes, 3 de abril de 2012

Imágenes Retrato de la Burguesía



RETRATO DE LA BURGUESÍA

Ingreso al Sindicato Mexicano de Electricistas, giro a la izquierda, subo un primer piso y al seguir por la 2da tanda de escaleras percibo de manera secuencial el Retrato de la Burguesía[1] con sus tres muros y su respectivo techo hasta llegar al 2do piso del edificio con las paredes blancas y los pasillos amplios, que antes de ser un sindicato, era un hospital. [2]

Al comenzar y ascender por los primero escalones, veo tres enormes figuras redondas que giran por engranes y una banda roja, esta estructura ferrocarrilera hace girar al loro [3] que ordena por el micrófono a la multitud militar que emerge a manera de lava. Después observo un edificio clásico, que ignoro lo que es hasta que investigo [4].


Continuo y me encuentro con tres catrines que aunque no se aprecia su rostro, pudieran ser cualquier gobernante de cualquier nación. Estos, los burgueses con su formalismo y elegancia preceden una máquina singular con ojos, nariz y boca, de la que surgen monedas. Siguen a continuación otros tres individuos; para este entonces ya me encuentro indignada por la indiferencia de estos tres tipos con sus uniformes e insignias ensangrentados.


Me encuentro en el descanso de la escalera y por la altura a la que me sitúo, y el barandal gris que protege la obra, debo esforzarme para advertir el infra-mundo del mural, la clase obrera que más adelante describo. Subo la segunda y última tanda de escalones viendo cuerpos carentes de extremidades y rostros con los ojos salidos, prefiero subir la mirada hacia donde está un valiente hombre arrabiado, apuntando a los tres capos.

“Fundamental resulta esta figura del obrero armado que se desprende y se viene hacia el espectador interpelándolo, esto era propio de aquellos años en que todavía vibraban las consignas en la calle del frente de defensa proletaria que tuvo en el SME un principal promotor.” [5] Regreso la mirada casi automáticamente a su cara, estoy en el penúltimo escalón y el asta bandera con que termina la 3era pared me obliga a girarme y mirar el techo, donde está un cielo maravilloso en su color y en su claridad. Torres de transmisión grandiosas que con sus brazos expanden la energía, chimeneas brillando imponentes y al centro una torre más, que en su punta ondea coronada por el sol la bandera del Sindicato Mexicano de Electricistas. [6]


Me inquietan y hasta emocionan los “flares” y reflejos tan constantes en el mural, no encuentro información alguna que lo valide, pero claramente es la influencia de la óptica fotográfica.

La espina dorsal o el esqueleto estructural del mural es la máquina semejante a una de ferrocarril, que a modo de pulpo absorbe, traga y mastica humanos (la clase trabajadora) para producir monedas de oro con la inscripción “United States of America”. [7] De aquí que los demás elementos adquieran un significado y un papel en el mural.

Son tantos los elementos que conforman esta obra que a simple vista parece ser que ninguno de ellos esté fuera de lugar o equilibrio, que estorbe o quiera cambiarse de posición. Se interpolan y superponen diversas figuras y en momentos hasta se disuelven entre ellas, figuras pequeñísimas de los desfiles nazi-fascistas y el enorme hombre representante del pueblo en general al que llamo en adelante “obrero armado”[8] con su fusil. No hay una uniformidad de tamaño en los elementos, cada uno se engrandece o empequeñece en relación al propio esqueleto estructural y a su valor simbólico y expresivo, el isomorfismo sólo se da entre los burgueses y los jefes militares. Los burgueses con máscaras antigas [9], son más grandes que la propia maquinita capitalista, pues ellos la dominan; son colosales en relación a los obreros trabajando en las esquinas, pero dramáticamente más pequeños que el obrero armado que los autores realzan e idealizan. “Un objeto pictórico situado en el centro, puede ser contrapesado por otros más pequeños descentrados… Es frecuente que el grupo central de las pinturas sea bastante pesado, con los pesos yendo en disminución hacia los bordes, y sin embargo el cuadro entero resulte equilibrado.”[10] Es probable que esto no aplique a esta obra, donde por el contrario hay una progresión espacial en cuando al tamaño hacia las orillas y la parte superior. Si a esto agregamos que “un objeto más distante parece mayor, y quizá de más entidad que si estuviera situado cerca del plano frontal del cuadro”[11] la naturaleza casi cúbica de la obra, refuerza este concepto, al establecer una especie de crestas y valles en cuanto al tamaño de los elementos. Figura 12.

De manera natural el equilibrio provoca una serie de movimientos y espasmos para lograr un estado virtual de paz visual, espacial o hasta emocional. Las ediciones cinematográficas, por ejemplo, obedecen a un mando visual del equilibrio cortando plano que giran de izquierda a derecha. En un trabajo de autorretrato, recientemente me sucedió que la composición en la mayor parte de las fotografías, yo me encontraba a la derecha, recayendo toda la fuerza sobre mí. Nunca pensé en este factor de lectura al momento de las tomas, tampoco al momento de la impresión, simplemente hice consciente mi presencia en un extremo del cuadro, en el otro extremo un ente luminoso y en ocasiones algún otro elemento simbólico. El día de la entrega, se me cuestionó el porqué el elemento principal (yo), se encontraba del lado derecho y no del contrario. Prácticamente me preguntaron si en mi vida iba yo siempre contra la corriente, al principio no entendí, sólo me reí y después dije que sí, pareciera que estoy “venciendo una mayor resistencia, empleando un mayor esfuerzo y por lo tanto, yendo más despacio”. [12]

Del párrafo “aislamiento”. A simple vista pareciera que el aislamiento no tiene cabida en los murales, sobre todo dada la concurrencia y las peregrinaciones en las obras de Siqueiros, pero por el contrario, yo diría que es dramático. Aislados en 2 esquinas están dos pequeños obreros, aislados en sí mismos, en su trabajo y en la obra. A la derecha se trata de un tablerista de sub-estación eléctrica, Figura 6 dos más en las afueras de una hidroeléctrica, Figura 7 uno más quemándose por la explosión de unos transformadores. Figura 8. A la izquierda trabajadores de la industria metalúrgica, fundidores y forjadores. Negro es el carbón, negro el carbonero y blanco el dinero.[13] Figura 9. Aislados están también la viuda y su hijo en la esquina superior izquierda Figura 10 y profundamente aislado y enojado el obrero armado.

De la línea. Si la vertical sugiere una estabilidad inamovible, “indican fuerza y autoridad”[14] verticales están los burgueses y dirigentes tanto políticos como militares (pues ni modo de acostarlos). Pero también está la verticalidad de las torres de transmisión y chimeneas que apuntan al sol triunfante que nos ilumina desde un cielo recién escampado. Más que verticales son diagonales, como el obrero armado, “las líneas diagonales evocan acción, movimiento, superan obstáculos”.[15] Las líneas que convergen en la maquinita capitalista comienzan desde la maquinaria que transporta el loro, el desfile nazi, el frontón del Reichstag, la antorcha del loro, las chimeneas, torres de transmisión, los destellos, el brazo levantado del militar, los tableros, la caldera, el porta-aviones, el fusil, las llamas de la ciudad.

Si el pensamiento secuencial tiene que ver con que leemos todo de izquierda a derecha, en este sentido no tenemos opción a menos que en vez de subir las escalera, bajemos. Las escaleras se orientan conforme a las manecillas del reloj. Figura 11. Siguiendo la lectura hacia la derecha y hacia arriba (por la naturaleza escalerística del mural), nuestro obrero armado, situándose a la derecha de la composición parece aún más grande, “todo objeto pictórico parece más pesado a la derecha del cuadro”,[16] empuja su fusil hacia el lado izquierdo y “empuja contra la corriente en lugar de dejarse llevar por ella”.[17]

Del capítulo “La forma” rescato una primera idea: la diferencia entre ojo y cámara fotográfica. La cámara y sus partes está hecha a imagen y semejanza del ojo humano, éste a su vez tiene la capacidad de observar todo lo observable, pero no de retenerlo, en contraste con la cámara que lo registra todo y lo imprime en el negativo – su cerebro-. Vamos por el mundo recibiendo imágenes estáticas y en movimiento, en ocasiones las imágenes se mueven y en otras nosotros somos los móviles, y casi siempre se dan ambas situaciones. Recuerdo las imágenes que pasan ante mis ojos cuando voy por carretera; el primer plano es tan rápido que apenas si distinguimos los árboles barridos, mientras que los más alejados nos invitan a hacer una síntesis y simplificar la forma a su mínima expresión, o sea el círculo, esto por la ley básica de la percepción visual.

Si ver significa aprehender algunos rasgos salientes de los objetos, entonces es posible que al retenerlos, sea porque nos identificamos con esos “detalles”, y que se relacionen directamente con el “interés intrínseco”. Si el interés intrínseco es subjetivo y va de la mano con los deseos y temores del observador, quedan un poco obviados por mi sola elección de esta obra de Siqueiros y no La Historia del Teatro en México, por ejemplo. Esto debido a la simpatía y cercanía consanguínea con los obreros y jubilados de Luz y Fuerza del Centro recientemente afectados y para darme cuenta de la vigencia de dicha obra.

Acerca de los rasgos estructurales… el mural es una obra con cierto grado de dificultad para su análisis y digestión. Necesitamos de una ubicación espacial estratégica pero cambiante,[18] haber visto o conocido en nuestros días las máquinas ferroviarias por lo menos la que se encuentra en el monumento a la Revolución, la historia de la segunda guerra mundial o nociones, fundamentos del capitalismo, etc., y para no ser tan anticuados, los estragos del neoliberalismo; todo esto como un conjunto de experiencias visuales que son soporte para la comprensión de la obra.

Comentando acerca de la simplicidad y el orden. ¿Existe orden en los murales? O es que ¿se quiere contar tanto, con tantos elementos y tan poco espacio?[19] ¿Qué tanto recuerdo del Retrato de la Burguesía? Será porque he recurrido a repasarla una y otra vez que la tengo muy presente. La recuerdo casi en su totalidad, me emociona, me indigna y me alienta cada vez que recurro a ella. No he hecho una encuesta de lo que significa para los afiliados al sindicato, sólo a los que están a mi alcance. [20] “Pero el lenguaje fue tan altisonante, los medios tan teatrales (monedas de oro fabricadas en máquinas siniestras con a sangre de los obreros) y el conjunto tan abigarrado, que difícilmente podrá incitar a nadie a combatir a la burguesía o siquiera a odiarla. Dudamos, incluso, que este mural haya podido contribuir a la formación ideológica de los afiliados al respectivo sindicato.” [21]

Acerca del traslapo. Cuando leí este párrafo de inmediato asocié el concepto con la Entrega de las llaves a San Pedro, de Perugino. En dicha obra, aunque las personas del primer plano se traslapan entre ellas, no sucede lo mismo entre este plano y los siguientes. No es así en Retrato de la Burguesía donde todos los elementos se traslapan entre ellos y los planos.

Si la perspectiva es hacer las cosas mal para que parezcan correctas, en esta obra, las esquinas requirieron de un trabajo especial de perspectiva, ya que estas no se notan en las formas hasta que nos acercamos a ver los ángulos rectos[22] de las figuras y más bien percibimos la obra como una curva envolvente. Dos figuras humanas verticales se dividen casi por un tercio de su ancho entre el muro central y sus dos circundantes. La ventana del muro central imita a las reales con una perspectiva un tanto chueca que aún no entiendo. No le encuentro el porqué, supongo que trataba de “dar la vuelta”, pero creo que más bien parece estar doblada y cayéndose para atrás.

Aunque no hay una simetría estricta como el ejemplo de Schröder-Sonnenstern del libro, sí hay una simetría en la maquinita, simétrica en su forma y su nariz de fuego, que a partir de ella mantiene un equilibrio con las demás formas.

Los elementos están compuestos por figuras geométricas muy marcadas, líneas rectas, círculos y ángulos pronunciados. Parecen muy industriales, rígidos, pesados, fríos e indestructibles. El loro difiere un poco, dada su humanización y curvas en su composición. Las aves de rapiña hasta parece que escuchamos el chirrido de lo oxidadas que están. Qué decir de la maquinita, su figura está escorzada, sólo vemos el frente, pero qué pesada es! Todo lo que trae cargando consigo y el material indestructible del que está hecha, la hacen mantener la estabilidad que muestra. El obrero armado en cambio llega con una fuerza a empujar todo lo que está a su paso, con toda su humanidad y sus rasgos naturalistas. Los obreros del inframundo y la viuda, parecen lo que son, humanos; contrastando con los burgueses que parecen forrados de níquel. Los militares como veremos más adelante, uniformemente concebidos, pintados y hasta en la vida real, cuadrados, ásperos e inamovibles.

Del movimiento. Hay mucha fuerza y violencia en el mural, en primer lugar la maquinita que avanza sin intención de detenerse, se dirige hacia el espectador, quiere salirse del muro y continuar con su labor para lo que fue construida, sus tentáculos babosos avanzan lento pero constantes y las mismas monedas caen pesadamente por decenas. Las aves de rapiña metalizadas e industrializadas que vuelan por encima de la maquinita, me dan la sensación de un estancamiento, no se sabe si van o vienen o ninguna de las dos, hay una tensión estática, dos fuerzas dirigiéndose a polos opuestos, sin embargo ahí están y no se irán.[23] El cuerpo negro y desnudo que pende de una de las aves se balancea rígido. “La referencia al racismo imperialista con el negro ahorcado, colgado, el águila que se de-construye, que se transforma para convertirse en agorera de la libertad, en agorera de la tiranía, de la rapacidad.” [24] Los burgueses y los jefes militares permanecen impávidos, serenos y bien plantados sobre su eje vertical. Uno de ellos porta una bayoneta que atraviesa un gorro rojo, del cual también desconocía su significado. [25] Existe movimiento continuo en las marchas dentro de los dos primeros muros. En el primero, el movimiento está por de más señalado con unas elipses rojas que dan vuelta 450. Figura 13. El loro pareciera tener tres brazos, el izquierdo realiza dos acciones, la primera incendia el Reichstag, y la segunda ofrece una florecita “de color morado, como si fuese poca y decepcionante la compensación por la destrucción comenzada”.[26] Se mueven en sus espacios laborales todos los obreros del infra-mundo, el metal fundido brinca y el humo de las llamas sube y desaparece en el cielo brillante del techo. En el tercer muro, el obrero armado arrasa con los tanques de guerra y porta-aviones en llamas, se dirige enfurecido y con toda su fuerza en contra de la burguesía y el mal gobierno.

Del tamaño. Si los autores quisieron usar el tamaño[27] como elemento simbólico, primero y minimizados estarían los desfiles, cada uno de ellos en lo individual, en realidad son diminutos, “…esos ejércitos que protegen a los ricos, al dinero y por supuesto a los demagogos, realizados en este caso, con algo que Siqueiros se atrevió aplicar aquí, es decir una plantilla para que quedaran parejitos los militares, parejitos en su estupidez y en sus uniformes tal como son desde entonces y hasta ahora” [28] y lo serán siempre, ni modo “es su chamba” repetimos los que nos sentimos frustrados ante su presencia. Lo grande sería pues la masa en la cual se mueven. También a su tamaño quedarían bien los porta-aviones y tanques de guerra. En seguida están los obreros del inframundo, que aunque pequeños y un tanto sombríos, conservan su individualidad e importancia. En esta proporción están la viuda y el huérfano, los contenedores del tren que hacen transición entre el muro central y el techo. A continuación están los cuerpos siendo devorados por la maquinita y unos cuantos cuerpos más incompletos en el tercer muro, tamaño equivalente al negro ahorcado que pende del ave de rapiña de tamaño y frialdad gigantes. Siguen los burgueses y los jefes militares, ocupando buena parte del muro central; resulta cómico ver el tamaño de la maquinita a su servicio, es más pequeña de lo que correspondería, pero las monedas que produce son del tamaño de sus cabezas, fácilmente podrían aplastárselas, “puesto que los dos tienen igual importancia en el relato, no hay razón para darles diferentes tamaños en el mundo de la imagen.”[29] El tamaño del loro-demagogo es superior al de los mismos burgueses y jefes militares, los cuales están al servicio del poder del estado. Finalmente llegamos al obrero armado, que colosalmente reina en el tercer muro y en la parte más alta del mural (sin contar el techo-cielo), si vengo diciendo páginas atrás que es el ideal de ciudadano, queda reforzado por su tamaño grandioso, destacando ante cualquier elemento en todo el mural. En el techo-cielo del mural, el elemento principal es el rey Sol, su enorme tamaño rebasa al correspondiente con el sistema solar, pero su simbolismo es alentador para el que quiere ver y para todo aquél que deje entrar su luz y destellos futuristas en su vida, por muy pisoteada que esté la esperanza.

La iluminación está producida por una fuente del lado izquierdo aproximadamente a 45º y otra fuente más suave a la derecha, puesto que su sombreado no es simétrico. Esto aplica sólo para el muro central, pareciera que los muros que lo flanquean se nutrieran de esa misma luz haciendo los reflejos más intensos, como si en realidad estuvieran más cerca de esas fuentes luminosas, como si vinieran del propio pasillo que continúa al edificio. Las sombras en su mayoría son propias, las esbatimentadas no son muy marcadas ni largas.

En el techo-cielo, la representación de la luz solar que baja a manera de reflejos un tanto cubistas y que de alguna manera se condensa y se fusiona con la energía eléctrica, forman una especie de comunión entre el cielo y la tierra, entre la fuerza-inteligencia del hombre y la bondad de la naturaleza al permitirle utilizarla para el beneficio común. La energía fluye y se retroalimenta en esta parte del muro, todo parece quieto y silencioso, pero cálido, un tanto húmedo, vaporoso y muy prometedor. La luz surge y es más brillante gracias a las tinieblas provocadas por el humo de los incendios físicos y morales de los muros de abajo. La luminosidad del objeto se relaciona directamente con el color natural del mismo, así el amarillo es el color más próximo a la luz, el azul siempre comporta oscuridad, [30] entonces serán más luminosos aún en la oscuridad y los de color oscuro tenderán a la sombra aún bañados de luz.

En general la obra está realizada con puros colores primarios (colores primarios pigmento: rojo, amarillo y azul), la sensación cromática es neutra. Los tres colores primarios están presentes en los tres muros y el techo, en algunos detalles y reflejos existen morados y variaciones cercanas de los mismos primarios. Si acaso hay anaranjados en el fuego o en las calderas es por una mezcla óptica que se produce al juntar dos colores, tal y como hacían los impresionistas , y en este caso el amarillo con el anaranjado. El verde casi puede brillar por su ausencia, aunque los uniformes militares contienen uno bastante desaturado, y aparece matizando en algunos elementos de manera muy sutil, como en la camisa del obrero armado o la cabeza del loro-demagogo. [31] Aunque mi área es la fotografía, la pintura me ha enseñado, entre otras cosas, el concepto de “unidad”, simplicidad a través de una unificación de medios. “En una obra de arte madura, todas las cosas parecen asemejarse más que otras, empieza a parecer como si el cielo, el mar, la tierra, los árboles y las figuras humanas estuvieran hechos de la misma sustancia”, [32] como si fueran hijos de la misma madre, tal como ocurre en este mural. Muy a pesar de que adolezca de colores secundarios, la brillantez que tiene pudo haberla obtenida del fondo, considero que este puro haber sido un violeta oscuro, en otras secciones rojo indio y que por secciones emerjan a manera de reflejo.

En el primer muro sobresale un color neutro cercano al blanco, para empezar el no-color de las ventanas apropiadas pintadas a diestra y siniestra por el frontón del Reichstag y el humo del incendio. Esta serie de siete ventanas termina con una octava pintada en el muro central, donde las formas metálicas semi-oxidadas de las aves coronan los azules cobaltos casi negros de los burgueses, continúan con las doradas monedas para rematar con el rojo vivo de la sangre de los obreros. Los rojos saturados se usan de manera contundente en varios elementos del mural, como las banderas, el fuego, el gorro frigio, las bandas de los engranes, la materia prima de la maquinita y el reflejo del fuego en el rostro del obrero armado que resalta su ira, estos elementos son tan intensos que equilibran la composición en su mayoría desaturada. El azul principalmente se usó para dar contraste al metal de la maquinita y otros artefactos como los engranes y porta-aviones, el azul intenso del cielo está reflejado en el cabello del obrero armado, en su fusil y en los trajes de los seis individuos al frente del mural. Bajo el loro-demagogo desfilan tres grupos de militares formados en los colores azul, rojo y amarillo, desconozco la razón o el impacto a producir. Azul también es la bolsa de dinero transparente que deja ver las palabras libertè, egalitè y fraternitè, azules los reflejos del Reichstag.

De lo que parece fiel y real. La tolerancia nos ayuda a aceptar un elemento o situación. Los diversos estilos de representación que digerimos como realistas o naturalistas, los vemos en “masa”, vemos el conjunto, el todo. Sucede lo mismo con representaciones visuales como la fotografía y el cine, de hecho con mayor ahínco por la manipulación por doble-exposición, retoques digitales y qué decir de los efectos especiales hollywoodenses que en ocasiones logran engañarnos, siendo sinceros de eso se trata el cine comercial, de darle rienda suelta a la imaginación, el morbo y la vulgaridad. Nos adaptamos a los estilos de representación del arte, de la sociedad, de la vida misma; aceptamos la crisis, la rutina, la tiranía y nuestras emociones. “Nos damos cuenta de que toda la gama de estilos de representación infinitamente diversos es aceptable, no sólo para quienes comparten la particular actitud que les dio origen, sino también para cuantos somos capaces de adaptarnos a ellos.”[33]

No cabe duda que mientras logremos sobrevivir en la sociedad, comer, dormir, vestir, en general satisfacer nuestras necesidades primarias, no importa si a los demás se los están fregando, si las calles están cerradas, si miles de personas se quejan por lo que consideran injusto, mientras no nos quiten nuestra comodidad, que ruede el mundo. Es finalmente hasta que llegan a tu puerta a quitarte lo que tienes cuando por fin te levantas. Así es el espectáculo público, a unos les toca ahora y a otros más tarde, que se levanten entonces los dolidos, ya les tocará a los demás.

Cierro con unas palabras del Mtro. Siqueiros:

“La voz popular es de belleza quejumbrosa y suplicante. La voz del proletariado es la voz de la clase históricamente predestinada para cambiar de sistema económico al mundo. La voz del proletariado es voz dialéctica, agresiva, conminativa y tremendamente optimista. Así debe de ser la expresión estética que sirva a su lucha. Así debe de ser la plástica de agitación y propaganda revolucionarias.”[34]


[1] Retrato de la Burguesía (que se llamó también Orígenes del fascismo y monumento al capitalismo), 1939-1940. Piroxilina sobre aplanado de cemento y celotex, 100m2. El equipo lo integraron David Alfaro Siqueiros, José Renau, Antonio Pujol y Luis Arenal. Cubo de la escalera del edificio del Sindicato Mexicano de Electricistas, construido por el arquitecto Enrique Yánez. Antonio Caso No. 45, Col. Tabacalera, México. D.F.

Tibol, Raquel. Los murales de Siqueiros. Américo Arte Editores. CONACULTA-INBA. 1998. Pág. 113.

[2] . “Para trazarlo representaron en un espacio reducidísimo, que las múltiples figuras volvieron ópticamente más pequeño, multitudes obreras, ejércitos en marcha, edificios en llamas…” Antonio Rodríguez. Siqueiros. Fondo de Cultura Económico. Colección Testimonios del Fondo. 1974. Pág. 19.

[3] “El demagogo con cara de loro, típicamente siqueriano”. Antonio Rodríguez. Siqueiros. Fondo de Cultura Económico. Colección Testimonios del Fondo. 1974. Pág. 20.

[5] Alberto Hijar. Discurso ofrecido en la presentación de la restauración del Mural Retrato de la Burguesía en el SME. VIDEO. http://www.youtube.com/watch?v=cCaWuWO4UYo

[6] Hay un error en esta bandera que ignoro si alguien más lo ha notado, el emblema del sindicato es un puño en “haz de fuerza”. Al tratarse de un sindicato de izquierda, corresponde al puño de la mano izquierda, tal cual está en el escudo, no así en la bandera de este mural.

[7] Las monedas en un inicio eran rostros de niños como muestro en la figura. “Mientras otros compañeros de Siqueiros Luis Arenal y Antonio Pujol iban a la planta de Necaxa a recabar documentos y testimonios para realizar sobre todo esa imagen de la industria eléctrica, rota, agredida por esta máquina de hacer dinero. Habían puesto en el centro, en ese chorro sangriento la figura de niños asesinados, masacrados por las bombas nazi-fascistas de quienes apoyaban la dictadura de Francisco Franco y acabaría por triunfar, las monedas eran rostros de estos niños, a los dirigentes sindicales les parecieron demasiado agresivos estos rostros y al fin de cuentas acordaron esta solución…” Figura 14.

Alberto Hijar. Discurso ofrecido en la presentación de la restauración del Mural Retrato de la Burguesía en el SME. VIDEO. http://www.youtube.com/watch?v=cCaWuWO4UYo

[8] … el pintor ha planteado una salida violenta, que puede verse en la figura de un hombre que porta su fusil en actitud de guerra. Pero puede verse en su atuendo, que no se trata de un soldado profesional, es un obrero que ha tomado las armas para desatar la otra guerra, no la imperialista, -que es como Siqueiros calificaba a las guerras mundiales- sino la revolucionaria, en términos del pintor-político. Texto de Luis M. Urbina. http://www.sme.org.mx/mural/mural.html

[9] “José Renau había hecho el estudio de la estructura geométrica del mural y pudo intervenir en la composición con el aporte de cartelistas europeos, de quien tomó la idea de estos personajes enmascarados, para no ser víctimas de sus propios gases y sobre esta base se construyó este mural…” Alberto Hijar. Discurso ofrecido en la presentación de la restauración del Mural Retrato de la Burguesía en el SME. VIDEO. http://www.youtube.com/watch?v=cCaWuWO4UYo

[10] Arnheim, Rudolf. Arte y Percepción Visual. Pág. 38.

[11] Ídem. Pág. 38.

[12] Arnheim, Rudolf. Arte y Percepción Visual. Pág. 49.

[13] Refrán Popular. Ferrer, Eulalio. Los lenguajes del color.

[14] Almendros, Néstor. Reflexiones de un cine fotógrafo. CUEC-UNAM. 1990. Pág. 23.

[15] Almendros, Néstor. Reflexiones de un cine fotógrafo. CUEC-UNAM. 1990. Pág. 23.

[16] Arnheim, Rudolf. AYPV. Pág. 48.

[17] Ídem. Pág. 50.

[18] Sólo en la medida que se pueda ver el confuso panorama como una configuración de direcciones, tamaños, formas geométricas, colores o texturas netamente diferenciadas se podrá decir que se lo percibe de verdad. ARNHEIM, AYPV. Pág. 61

[19] Cuando las cosas están dispuestas de tal modo que al sernos representadas por los sentidos podemos imaginarlas fácilmente y, en consecuencia, recordarlas fácilmente, decimos que están bien ordenadas, y, en el caso contrario, mal ordenadas o confusas. ARNHEIM, AYPV. Pág. 70.

[20] Rodríguez, Antonio. Siqueiros. Testimonios del fondo. FCE. Pág. 19.

[22] “El ángulo recto es el más simple porque crea un esquema simétrico, y es la base de la armazón de vertical y horizontal sobre la que descansa toda nuestra concepción del espacio”. Arnheim. AYPV. Pág. 195.

[23]En el remate de la máquina están un par de aves de caza, mejor dicho, de rapiña, sombría caricatura de las águilas imperialistas, tanto la nazi como la norteamericana, avisándonos el pintor que su crítica se enfila también a la potencia norteamericana, puesto que del cuello de uno de los buitres está colgado el cuerpo de un hombre negro, principal segregado en la sociedad más representativa del capitalismo.” Texto de Luis M. Urbina.

http://www.sme.org.mx/mural/mural.html

[24] Alberto Hijar. Discurso ofrecido en la presentación de la restauración del Mural Retrato de la Burguesía en el SME. VIDEO. http://www.youtube.com/watch?v=cCaWuWO4UYo

[25] Gorro frigio. Desde la Revolución Francesa el gorro frigio se ha convertido en símbolo de la Libertad y así aparece en numerosas representaciones y formando nparte de escudos oficiales sobre todo en Latinoamérica.

http://enciclopedia.us.es/index.php/Gorro_frigio

También encontré un documento que cuestiona la validez de su significado.

http://www.aphu.edu.uy/archivos/documento/19.pdf

[27] Las diferencias de tamaño surgen en respuesta a consideraciones de significado. Arnheim, AYPV. Pág. 206

[28] Alberto Hijar. Discurso ofrecido en la presentación de la restauración del Mural Retrato de la Burguesía en el SME. VIDEO. http://www.youtube.com/watch?v=cCaWuWO4UYo

[29] Arnheim, AYPV. Pág. 205.

[30] Goethe, Johann Wolfgang von. Teoría de los colores. Colegio Oficial de Aparejadores y Arquitectos Técnicos de Murcia. 1999. Pág. 204 y 206

[31] “… todos los colores de una composición deben encajar dentro de un todo unificado para ser relacionales entre sí… se mantienen dentro de ciertos límites, que excluyen algunos matices, valores de luminosidad o niveles de saturación.” Arnheim. AYPV. PÁG. 353.

[32] Arnheim, Rudolf. Arte y Percepción Visual. Pág. 75.

[33] Arnheim, Rudolf. Arte y Percepción Visual. Pág. 147.

[34] Siqueiros. Textos. Sep Setentas 1974. Pág. 52